La pensión la pagaron y por suerte pudo trabajar en una empresa privada alemana que además de no hacer casi nada por mucho, le dejo una pensión vitalicia de mucha pasta. Ahora el viejo barbudo puede pasar los últimos años de su vida dándose todos los gustos que su vejes le permita. Obviamente su dinero es bien gastado en una jovencita rubia que está bien culona y toma sus billetes a cambio de estar follando con él. La zorrita se chupa su polla como si fuera su novio y se monta sobre él para sacarle las pocas gotas de semen que le quedan.