Le dije al director que se corriera dentro
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Debe reconocer que cuando al principio del curso su padre le insistió para que diera clases de tenis con las que presumir de hija en su club de pijos, a ella no le hizo mucha gracia, pero cuando conoció a su profesor, todo cambió. Lo cierto es que ha avanzado mucho en el juego en cancha, y así lo ha dicho su evaluación global de estos meses de clase, pero las mejores lecciones que ha aprendido no iban reflejadas en ese boletín. Porque ¿cómo decir a sus padres que el comer pollas, abrirse de piernas y dejarse petar el culo se han convertido en sus prácticas favoritas? Y eso sin contar que en el último examen, donde su profesor la follaba con su pedazo de tranca, ha sacado por lo menos matrícula de honor…