Joven sospecha que sus amigas son lesbianas
- 2331
- 4

No es la primera vez que vemos la historia de un viaje en taxi que se paga en carne fresca, es decir, con sexo contante y sonante, pero sí una de las pocas en que es la clienta la interesada en pagar así, a pesar de tener pinta de tener solvencia de sobra. Pero a esta zorra madurita se le ve de lejos que tiene mucho vicio, y como el taxista le ha entrado por el ojo, bien que se va a aprovechar yéndose a casa con el coño bien surtido, por si acaso a su marido le diera por llegar tarde de trabajar. Así que desde el asiento trasero del coche se abre de piernas y le hace una invitación muy clara al conductor, que por supuesto no pensó en resistirse ni un momento para trincarse a esta belleza madura.